- agosto 14, 2020
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- Categoría: NotiURRÁ
La Empresa URRA S.A. E.S.P, en asocio con la Corporación Campo Limpio (encargada de hacer la disposición final de los envases vacíos de agroquímicos), de la Fundación Trópico (operador de los proyectos asociativos y ambientales en zona de influencia de la Central), de organizaciones campesinas del Alto Sinú, alcaldías municipales y otras instituciones, realizarán el próximo 19 y 20 de agosto una jornada de recolección de recipientes en el marco de la campaña “Por un campo + Limpio, Córdoba Libre de envases de Agroquímicos”, la cual inicia en los municipios de Tierralta y Valencia, y se extenderá a todo el departamento de Córdoba.
Como es usual, en el establecimiento y manejo de sistemas productivos agropecuarios se da el uso de agroquímicos lo que genera residuos que, por su naturaleza, son considerados peligrosos.
La jornada de recolección estará acompañada de acciones de sensibilización sobre el uso racional y adecuado de este tipo de productos, de su impacto sobre la salud y la conservación de nuestros recursos naturales renovables.
Alcance voluntario
Este tipo de campañas son apoyadas por la Empresa URRÁ S.A. mediante soporte técnico y logístico, dentro de las acciones de Responsabilidad Social que ejecuta la compañía en las zonas de influencia de la central hidroeléctrica en Tierralta (Córdoba).
Impacto
Los envases postconsumo de plaguicidas se han convertido en un gran problema desde el punto de vista ambiental y de la salud pública, debido a que, una vez que se utiliza su contenido, estos son tirados en los campos o las fuentes de agua; lo que genera su contaminación con el agravante de que en la mayoría de los casos son utilizados por las personas para el almacenamiento de agua y otros líquidos de consumo humano, algunas veces usándolos como fuente de energía para iniciar fuego en las cocinas de las familias campesinas, lo que potencia su capacidad de daño.
Ciclo de vida de los envases
A los envases se les hace triple lavado. Los que no contienen residuos químicos, son reciclados para convertirlos en tutores o soportes de cultivos tipo enredadera como la maracuyá, cumpliendo una misión ambiental importante porque evita la presión sobre los bosques naturales debido a que usualmente se cortan árboles para que cumplan con la misma función de sostenimiento. Por el contrario, los envases que mantienen residuos de plaguicidas son llevados a una planta de incineración.